“En un estilo excelente, conciso y parco en adjetivos, el relato trepida en un crescendo que se acerca a la novela negra.”

“Quizás la humanidad reconocible de sus personajes, que no impide la emoción ni merma la intensidad de una narración que arrastra al lector, sea el mayor acierto de este libro.”

“Una aportación, desde una ficción muy realista, a un vacío narrativo evidente.”

La juez Isabel Robledo descubre una mañana que alguien la sigue. Estamos en septiembre de 2001 en Bilbao y en la Audiencia de Vizcaya se vive una auténtica psicosis tras la aparición, en la lista de objetivos del comando Buruntza de ETA, de los nombres de ochenta jueces. La amenaza terrorista irrumpe en la vida cotidiana de esta juez, que opta, como la mayoría de sus compañeros, por no compartir la preocupación con su entorno. La contra vigilancia, la matrícula protegida y los paquetes sospechosos configuran una realidad paralela a la aparente normalidad que rodea a la juez, mientras un miembro de ETA, a quien ella había juzgado una década antes por su participación en un acto de violencia callejera, la elige como objetivo.  Él aspira a llegar a la cúpula de la banda, cuyos integrantes viven en la clandestinidad en Francia obsesionados por la presencia de infiltrados. Hay quien piensa que él puede ser uno de ellos, mientras el verdadero topo intenta evitar el atentado contra la juez.